11 de mayo de 1981. Ese día, el mundo perdió a Bob Marley, pero nació para siempre la leyenda. El cantante, compositor y líder de The Wailers falleció en Miami a los 36 años, víctima de un cáncer que se había extendido a su cerebro, pulmones e hígado. A pesar de su corta vida, su voz, su mensaje y su música siguen vivos en millones de corazones alrededor del mundo.
Bob Marley no solo popularizó el reggae a nivel mundial, también convirtió la música en una herramienta de conciencia, resistencia y unidad. Canciones como Redemption Song, One Love, Get Up, Stand Up y No Woman, No Cry no son solo himnos musicales; son declaraciones de principios, de paz y de lucha contra la opresión.
Con sus raíces profundamente ligadas al movimiento rastafari, Marley fue mucho más que un artista: fue un mensajero espiritual que usó su plataforma para denunciar la injusticia social, la pobreza y el racismo. Su legado va más allá de lo musical: es cultural, político y filosófico.
Hoy, a más de cuatro décadas de su partida, su imagen sigue siendo símbolo de resistencia y esperanza. Bob Marley no murió: se convirtió en un eco eterno de libertad que sigue sonando en cada rincón del planeta.